miércoles, 30 de enero de 2013

Un viaje de pizarra

Una vieja joya de pizarra



Patones es un pueblo situado en el NE de la provincia de Madrid, casi en el límite con la provincia de Guadalajara. Como muchos pueblos españoles se encuentra dividido en dos poblaciones que no quieren desvincularse de su origen común, Patones de Abajo más moderno y más comunicado  y Patones de Arriba camuflado en las pizarras negras del ordovícico de la "Sierra Pobre de Madrid".


Patones de Arriba
Escondido detrás de las cuestas calizas cretácicas que separan el limite macizo cristalino y los depósitos terciarios de la cuenca de Madrid, desde el embalse de Santillana hasta el límite oriental de la comunidad de Madrid, queda confundido con el austero paisaje que dejan las modeladas pizarras negras y las calizas; encerrado en un pequeño valles entre ambos episodios geológicos.

La diferencia de materiales rocosos, ácidas las pizarras y básicas las calizas, establece un limite palpables en el territorio, no marcado por las rocas sino por su reflejo en las diferentes vegetaciones que rodean este enclave.

Su historia es singular, no existente para las tropas francesas,  cuenta la leyenda ... mejor mirarla en la dirección http://es.wikipedia.org/wiki/Rey_de_los_Patones, donde alguien más ducho que yo ya la ha escrito. Esta historia se puede también leer en la cerámica que cubre el frontal de la "Taberna del Rey", restaurante de la población.

Una ruta que no lleva más de una mañana el realizar, parte de Patones de Abajo, desde el aparcamiento situado en el comienzo de la carretera que asciende hacia Patones de Arriba y donde tiene su salida el Arroyo de Patones del fuerte encajamiento en los estratos calizos. Una senda marcada y delimitada asciende por un intrincado barranco en el que son apreciables entre otras cosas los materiales cretácicos, los desprendimientos de roca, los circuitos kársticos y un sinfín de plantas y aves. Aquí hay que tener cuidado para los viandantes y zapatilleros, ya que es una ruta de esas que los que van montados sobre dos ruedas destinan a bajar como si de una autopista del riesgo se tratase la senda, a altas velocidades y en muchos casos sin control.
Aparcamiento de Patones de Abajo y comienzo de la ruta hacia Patones de Arriba

Una vez llegado a la entraba del pueblo merece la pena a los naturalistas bajar hacia el arroyo donde se aprecia el contacto entre los materiales cretácicos que venimos siguiendo en el ascenso y las pizarras; en esta zona de unión son abundantes las fuentes y surgencias de agua.

El pueblo tiene la típica construcción de los pueblos de la Sierra Pobre de Madrid, conjunto de municipios situado al noroeste de la provincia. Casas bajas con ventanas y puertas estrechas, calles empedradas y empinadas, por las cuales podemos seguir ascendiendo hasta salir del pueblo, en dirección a las eras.

Si nos retiramos un poco de la población podemos observar como las bodegas se encuentran escarbadas en materiales margosos pertenecientes al cretácico, muy distintos de as pizarras que conforman el camino por el que hemos llegado; estos materiales margosos junto con unas arenas con cantos redondeados, son la base de los materiales cretácicos y de los frentes de las cuesta calizas que ocultan el pueblo de la vega del río Jarama.

El descenso si vamos andando lo podemos hacer bajando la ladera de una de las cuestas, que nos brinda una espectaculares vistas de la vega del Jarama y otras poblaciones con el mismo Patones de Abajo o Uceda. Seguimos la carretera como si descendiéramos hacia Patones de Abajo, pasamos el punte de piedra y después de un repecho y una curva a la derecha, nos internamos campo a través , veremos un pequeño mirador desde el cual podemos contemplar una excelente vista panorámica del valle.

Vista desde el mirador de Patones de Arriba.

Si tenemos tiempos nos podemos acercar a la cerrada del Pontón de la Oliva y visitar  las cárcavas desarrolladas sobre los materiales terrígenos del Plioceno.

jueves, 17 de enero de 2013

Marruecos

Norte de Marruecos


Tetuán
El año pasado realice un viaje de trabajo al norte de Marruecos y pase unos días visitando la costa norte de este país junto a un grupo de profesores de la Universidad de Tetuán. 

Nuestro recorrido paso por muchas ciudades y pueblos de la zona mediterránea de Marruecos, copada casi en su totalidad por un sinfín de urbanizaciones y complejos turísticos agolpados en la cercanía de las playas, muchas de las cuales se encuentran privatizadas y sin acceso publico, algo que en España y en otros países del entorno no está permitido.

La gente suele ser muy amable, aunque son excesivamente reiterativos con el fútbol y cualquier memento  es bueno para poner en cima dela mesa el  enfrentamiento épico entre Madrid y Barcelona.

En cuanto a la comida que pudimos degustar en nuestra estancia fue bastante abundante, barata en comparación con nuestro precios y de excelente calidad; aspectos muy cuidados por nuestros acompañantes que nos llevaron a lugares frecuentados por ellos, en algunos de los cuales quedamos muy impresionados por el entorno y el servicio.

Nuestro primer restaurante en Marruecos con especialidad de Cuscus

Personalmente la visita a la costa no me gusto mucho, ya que fue conocer urbanización tras urbanización, grúas y más grúas, algo muy parecido a la época en la que el levante español tubo su auge ladrillero. El viaje cambio cuando nuestro destino se dirigió a la zona montañosa conde los pueblos son pequeños y escasean las casas, una zona poco explotada y con pocas vías de comunicación, lo que la preserva de la aglomeración costera y se pueden observar proceso naturales.
Dorsal calcárea al norte de Tetuán

Deslizamiento










A diferencia de las ciudades por las que pasamos, salvo excepciones, el campo se encuentra limpio y cuidado; presenta, en general, una frondosidad y verdor muy destacable, debido muy probablemente al régimen climático de la zona, más húmedo que la vertiente occidental de la dorsal calcárea y menos cálido. En su parte más septentrional, cerca de la ciudad de Melilla, la dorsal calcárea se hace más abrupta y espectacular, en la caída de uno de sus acantilados se encuentra el insigne peñote de Perejil, donde recibimos un pequeño susto al fotografiarlo, ya que es una zona de conflicto, siendo abordados por un grupo de militares vestidos de paisano que nos solicitaron amablemente que nos fuéramos.
Zona septentrional de la dorsal calcárea

Perejil
Asilah
La población que más nos llamo la atención por su limpieza y por estar casi controlada por europeos que intentan llevar el turismo rural a esta zona de Marruecos fue la ciudad blanca de Asilah.Hay que indicar que los precios de los alojamientos en este tipo de residencias no se parecen en nada a los precios de marruecos, son más bien europeos y para europeos. Destacan los murales pintados por toda la ciudad, realizados durante una de sus fiestas anuales y que permanecen en las paredes durante un año entero.



miércoles, 16 de enero de 2013

Baqueira




Un fin de año en Baqueira-Beret


Este fin de año mis hijos y yo nos hemos decidido a pasar el fin de año esquiando en la estación pirenaica de Baqueira-Beret. Hemos tenido suerte y el apartamento que hemos reservado es bastante majo y cercano a los remontes de de suben hasta las pistas.




La estación nos ha gustado mucho, pistas amplias con mucho tiempo de descenso con un amplio abanico de posibilidades y dificultades, y un sin fin de cosas buenas; destacar entre otras el paisaje, muy impresionante.

Pero no todo ha sido bueno, no nos ha molestado mucho los altos precios que en estos lugares imperan, ni la falta de variedad en los supermercados, ni el continuo machaqueo de la lengua catalana. Lo que se hace muy molesto es la mala educación de la gente y la falta de respeto hacia los demás; desde mi punto de vista los peores los franceses y algunos españoles que se creen reyes del patio no se con que legitimidad, saltarse a todos en colas, remontes, descensos y demás.

En fin, un año más que podemos dedicar un poquito al disfrute del esquí y conocer un lugar nuevo, interesante y de gran belleza. El próximo año más.