Nuestro último día de aventuras por las intrincadas carreteras gallegas nos llevaron por los restos arqueológicos de la zona visitando el imponente castro de A Cidá, el cual conserva la muralla, el foso y la estructura básica de las casas; la verdad que se encuentra situado en un entorno maravilloso, con parte de ese bosque atlántico formado por robles, pinos, castaños, etc.
La verdad es que al visitarlo me faltaba ese toque brumoso típico de Galicia para tener un ambiente céltico más patente.
Una cosa que me llamo mucho la atención fueron los numerosos cartelitos avisando de no hacer fuego, no subirse a los muros, no dejar basura, etc. Todos ellos tallados en losas de granito perfectamente tratado para parecer antiguo y por su puesto en gallego; la sensación de integridad con el entorno es muy buena, parecen parte del monumento, pero desde mi punto de vista esta moda de potenciar la "individualidad étnica" en todo lo referente a la cultura es un poco chovinista; la propuesta para estos casos es hacer la escritura en el antiguo lenguaje de los habitantes del castro, quedaría totalmente integrado y seria muy divertido intentar descrifarlo.
Nuestra segunda visita es un monumento que tiene un fuerte legado en la Galicia y por el que muchos literatos han dejado en sus versos referencia a él, es el Dolmen de Dombate. La verdad es que el dolmen es muy bonito y curioso, además el pequeño museo que se encuentra a la entrada merece visitarlo con detenimiento, pero la construcción que se ha realizado par "proteger" la situación del monumento me pare poco acertada, ya que lo deja en la penumbra mas absoluta, en otras palabras, una chapuza por mucha ingeniería que exista en ella.
Nuestra siguiente destino fue la población de Malpica situada en una interminable cuesta, aunque su puerto y los bares de la zona dan para disfrutar de los frutos de la tierra y del mar.
Terminamos nuestra visita acercándonos al faro de San Adrián y también a la ermita del mismo nombre, desde donde se puede contemplar los islotes de las Sisargas.
Nuestro día termino en la playa cercana Corme, playa de la Ermida, donde un día más conseguimos darnos un baño, aunque el agua está tremendamente fría, tanto que nos dolían todos los músculos.
El siguiente día tenias la vuelta del viaje con casi 600 km de vuelta, aunque casi en su totalidad por Autopista, lo que lo hace más descansado. Una magnifica estancia en las tierras de Galicia.
La verdad es que al visitarlo me faltaba ese toque brumoso típico de Galicia para tener un ambiente céltico más patente.
Una cosa que me llamo mucho la atención fueron los numerosos cartelitos avisando de no hacer fuego, no subirse a los muros, no dejar basura, etc. Todos ellos tallados en losas de granito perfectamente tratado para parecer antiguo y por su puesto en gallego; la sensación de integridad con el entorno es muy buena, parecen parte del monumento, pero desde mi punto de vista esta moda de potenciar la "individualidad étnica" en todo lo referente a la cultura es un poco chovinista; la propuesta para estos casos es hacer la escritura en el antiguo lenguaje de los habitantes del castro, quedaría totalmente integrado y seria muy divertido intentar descrifarlo.
Nuestra segunda visita es un monumento que tiene un fuerte legado en la Galicia y por el que muchos literatos han dejado en sus versos referencia a él, es el Dolmen de Dombate. La verdad es que el dolmen es muy bonito y curioso, además el pequeño museo que se encuentra a la entrada merece visitarlo con detenimiento, pero la construcción que se ha realizado par "proteger" la situación del monumento me pare poco acertada, ya que lo deja en la penumbra mas absoluta, en otras palabras, una chapuza por mucha ingeniería que exista en ella.
Nuestra siguiente destino fue la población de Malpica situada en una interminable cuesta, aunque su puerto y los bares de la zona dan para disfrutar de los frutos de la tierra y del mar.
Terminamos nuestra visita acercándonos al faro de San Adrián y también a la ermita del mismo nombre, desde donde se puede contemplar los islotes de las Sisargas.
Nuestro día termino en la playa cercana Corme, playa de la Ermida, donde un día más conseguimos darnos un baño, aunque el agua está tremendamente fría, tanto que nos dolían todos los músculos.
El siguiente día tenias la vuelta del viaje con casi 600 km de vuelta, aunque casi en su totalidad por Autopista, lo que lo hace más descansado. Una magnifica estancia en las tierras de Galicia.
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